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miércoles, 8 de febrero de 2017

Mielomeingolcele, una enfermedad congénita que no impide a Grace Reyes hacerse Ingeniera Comercial

SANTO DOMINGO - Pocas alegrías nos depara el futuro cuando nos enteramos que debemos resignarnos a convivir con una enfermedad catastrófica por el resto de nuestros días. Pero más aún  cuando el “mal” es diagnosticado en el mismo instante del nacimiento,  sobre todo, en un país de significativas limitaciones económicas. Tal es el caso de Grace Reyes, 20 años, quien desde pequeña padece de mielomeningocele, defectoen que la columna vertebral y el conducto raquídeo no se cierran antes del nacimiento y, por lo general, se desarrolla durante el primer mes de embarazo.

Por tanto, sus pies hacia adentro, pérdida de sensibilidad en los lados dela pierna y  falta de equilibrio en la columna, producidos por esta enfermedad, provocaron que a Reyes le amputaran los pies cuando apenas tenía 13 años de edad. ‘’A mis 11 años sentía que los huesos de mis pies se estaban rompiendo, por lo que en un diagnósticomédico se determinó que debían cortarme los pies a pesar de mi temprana edad’’, recuerda con mucha tristeza.

Los fuertes dolores y el sometimiento constante a operaciones quirúrgicas hicieron de esta joven una de las infancias más difíciles; incluso, dice que por un momento dudó de la existencia de Dios. Sin embargo, cuenta que a pesar de los largos días y noches de amargura siempre mantuvo el deseo de vivir.


“No soy la que se rinde a la primera’’

“Mis años de niña fueron bastantes duros porque me hicieron tantas operaciones que llegué a perder la cuenta, entonces me la pasaba interna luchando pormejorar mi calidad de vida. Recuerdo que al verme tan decaída, un grupo de misioneros iban diario a darme fuerzas para que no cayera en depresión, ellos me daban alegría, valor y felicidad”, narra con voz entrecortada.

“Pasé por tantos procesos  en mi adolescencia que en ciertos momentos perdí las esperanzas, a los 16 años un médico me dijo que me iban a amputar los dos pies, eso me hizo sentir peor de lo que ya estaba viviendo, en ese momento dejé de creer en Dios porque él no me ayudaba, pero después de un tiempo entendí el propósito que Jesucristo tiene conmigo, y ahora me siento satisfecha con lo que he logrado a mi corta edad”, relata con sus ojos aguados.

Para ella, suponía un “fuerte dolor” abstenerse de ir al colegio todos los días porque sus médicos la tenían en reposo, situación que aprovechaba para jugar con su hermano Héctor y su primo Alberto. Dice que ama la escuela pero hubo momentos en los que sentía el rechazo de sus compañeros de estudios porque la miraban indiferente.

“Los niños me rechazaban y me excluían de los grupos debido a mi discapacidad; en verdad fue un duro proceso de adaptación donde tuve altas y bajas, pero gracias a Dios soy una persona muy valiente”, así sintetiza su experiencia en la escuela.

El panorama no era alentador para Reyes, pero expresa que el respaldo de su familia y de algunos amigos fue de gran ayuda para salir adelante. “Mis padres siempre me han apoyado, nunca me han tratado con indiferencia en relación a mis otros hermanos, me hicieron entender que mi discapacidad no limitaba el sincero amor que ellos sienten por mí. Para ellos aunque esté en sillas de ruedas sigo siendo una persona normal, lo que ha sido de gran estímulo para seguir viviendo”.

Los daños físicos que sufren los pacientes de mielomeningocele no son obstáculos para que Reyes lleve una vida normal dentro de la sociedad. “Hago una vida como las demás personas a pesar de que no puedo hacer cosas como saltar, correr, bailar y nadar; pero mi vida es relativamente normal porque aprendí a vivir con mis limitaciones físicas y a valerme por mí misma’’.
  
El deseo de superación de esta joven es sorprendente. Manifiesta que en un futuro quiere casarse, tener tres hijos, viajar por diferentes países de Europa y Estados Unidos, ser una destacada profesional para mejorar sus condiciones económicas y“ayudar a mi familia que me lo ha dado todo”.Agrega que el ser humano debe “agarrarse” de Dios y mirar el lado positivo de las cosas, pero sin aferrarse a las vanidades de la vida porque son pasajeras y dañinas.

A pesar de sus altas pretensiones, Reyes sabe que para llegar al éxito hay que superar muchas berreras y estigmas, sobre todo aquellas personas que poseen importantes limitaciones físicas en una sociedad caracterizada por la desigualdad y la pérdida de valores éticos y morales. Consciente de esto, desde niña se empeñó en obtener buenas calificaciones en las asignaturas que cursaba, se graduó de bachiller con honores, lo que le hizo merecedora de una beca para ir a la universidad a estudiar una carrera profesional. Pero no fue nada fácil.

Satisfecha de compartir aspectos relevantes de su vida, cuenta la anécdota de los sinsabores que vivió para obtener la beca y su posterior ingreso a la universidad: “En mi colegio tocaron muchas puertas para que conocieran el potencial que podía explotar. Una persona de la Entidad  nos dijo que la universidad no era la adecuada para mí, y que además la convocatoria a becas había pasado”, puntualiza.


“Los niños me rechazaban y me exclan de los grupos debido a mi discapacidad; en verdad fue un duro proceso de adaptación donde tuve altas y bajas, pero gracias a Dios soy una persona muy valiente”

Se quita los lentes y prosigue; “no soy la que se rinde a la primera, seguí tocando puertas, y fue entonces cuando conocí el rector de la universidad, él se interesó por mi caso, y de inmediato prometió darme la oportunidad, gracias a Dios esto pasó. Medieron un recibimiento afable, pero me preguntaron cómo me haría para estudiar allá porque tomaría clases en un segundo y tercer piso, les contesté que he desarrollado habilidades para sobrevivir situaciones peores, y cuando aprobé el examen de admisión con buenas calificaciones prometieron habilitarme aulas en la primera planta”.


Grace Reyes, es una persona que al tratar con ella deja evidencia de su implacable inteligencia, serenidad, preparación y amabilidad. Seria pero también alegre y cálida, es alguien que sabe bien hacia donde camina y sus ideas son la lógica conclusión de una joven llena de sueños y deseo de superación. Sólo queda esperar que Dios, el amor de sus padres, las autoridades de la universidad y su pasión por el estudio iluminen y allanen el camino para que esta valiente joven alcance sus anhelos de ser una profesional exitosa y conforme una familia feliz.

LA REDACCIÓN EL MURO INFORMATIVO RD

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