En
la rueda de prensa que ayer domingo ofreció el Gobierno para anunciar al
ganador de las encuestas que se habían ordenado, a fin de escoger al
precandidato presidencial del sector danilista que enfrentará al exmandatario Leonel Fernández
en los comicios del 6 de octubre próximo, se produjeron dos sorpresas que no
podemos dejar de lado.
La
primera se refiere a un descarado ocultamiento de los porcentajes que
obtuvieron los precandidatos en las tres mediciones de
opinión que se hicieron para escoger al aspirante de la corriente que encabeza
el mandatario Danilo Medina en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD),
que enfrentará al Dr. Leonel Fernández Reyna en las primarias (abiertas) del mes que
entra; es decir, los distinguidos funcionarios de Palacio anunciaron a Gonzalo
Castillo como el preferido de los electores sin detallar el porcentaje de votos
que obtuvo cada candidato.
La
segunda sorpresa tiene que ver con el bajísimo número de votos que realmente
obtuvo el candidato ganador que, según datos filtrados el sábado pasado en
redes sociales y medios tradicionales de comunicación, apenas supera el 31%,
pese a que el exministro de Obras Públicas y Comunicaciones cuenta con el respaldo
mayoritario de los funcionarios públicos, alcaldes, diputados y senadores, así
como el apoyo de una aplastante mayoría de los miembros del Comité Político y
Comité Central del PLD.
A
ello se suma necesariamente una exorbitante cantidad de recursos económicos invertidos
en publicidad y eventos multitudinarios de campaña, orientados a proyectar la
imagen y figura de un candidato poco conocido a nivel nacional e internacional.
El despilfarro de recursos y uso de poder a favor de Gonzalo Castillo, ha sido
de tal magnitud que produjo el retiro forzoso de dos importantes dirigentes
danilistas que competían por la candidatura presidencial, bajo el supuesto de
que sectores del Gobierno trabajan abiertamente a favor del extitular del MOPC.
Ocultar
los datos es un ejercicio poco transparente que restringe el derecho que tienen
los simpatizantes, de conocer el posicionamiento electoral que presenta el
candidato de su preferencia. Sin embargo, visto de la otra óptica, debemos
reconocer que los resultados de las encuestas, en cuanto a los votos alcanzados
por los candidatos, eran impublicables, en razón de que el Gobierno no tendría argumentos
válidos para explicar la baja proporción de votos con que Gonzalo Castillo
resultó electo precandidato presidencial, cuando tanto dinero y una poderosa
estructura política se ha puesto a su disposición, sobre todo si se toma en consideración
los bajos niveles de liderazgos que tenían los demás aspirantes, es decir, el
extitular del MOPC no tenía competencia.
En
conclusión, el pobre porcentaje con que Gonzalo Castillo resultó electo,
explica la razón por la que el Gobierno omitió las cifras porcentuales que
obtuvieron los aspirantes en las tres encuestas que se ordenaron, para decidir
quién del sector oficialista enfrentaría a Leonel Fernández en las primarias
del 6 de octubre próximo, de cara a las elecciones presidenciales de 2020. Hasta
la fecha, la “gonzalomanía” que desde el comando de campaña del aspirante
oficialista se vende a la ciudadanía, no es más que meros mensajes publicitarios
tendentes a distorsionar la realidad de un Leonel Fernández que luce imbatible si
se compite en un terreno sano.
Los resultados de la encuesta filtrada revelan que Gonzalo
Castillo tiene un 31.6% de aceptación, seguido por Francisco Domínguez Brito
con 11.2%, Radhamés Segura, 5.3, Andrés Navarro, 4.5; Temístocles Montás, 2.8 y
Maritza Hernández apenas alcanzó el 2% de los votos. Además, se destaca una
alta proporción de ciudadanos que no contesta (22.9%), mientras que el 19.1% no
sabe por quién votar dentro del danilismo.
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