Santo Domingo, Martes 30/04/2019 - Cuando el Dr. Francisco Fernández se
posesionó como Alcalde de Santo Domingo Norte (SDN), en agosto de 2010, la
familia perredeísta de esa demarcación tenía las expectativas de que la nueva
administración del Gobierno municipal daría prioridad a los dirigentes
políticos y simpatizantes que aunaron esfuerzos para lograr la victoria del
partido blanco en los comicios celebrados en mayo de ese año. Pero la realidad
fue otra.
Los principales dirigentes zonales y
regionales del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), fueron excluidos de la
nómina, mientras se designaron funcionarios de ninguna, o poca popularidad;
incluso, con relativa frecuencia se cuestionaba los nombramientos de personas
que no residían en el municipio y de otras que ni siquiera pertenecían al PRD.
Igual suerte corrieron los
dirigentes comunitarios que respaldaron la candidatura de Francisco Fernández,
quienes se quejaban con frecuencia de los maltratos que recibían cuando iban a
las instalaciones del Ayuntamiento en busca de soluciones y obras para las
comunidades que ellos representaban.
La verdad es que, en múltiples
ocasiones, fuimos testigos de los atropellos y humillaciones que el equipo de
seguridad del Alcalde daba a los presidentes de juntas de vecinos que procuraban
ver al jefe del Palacio Municipal, con el fin de plantearle directamente las
obras que ellos necesitaban.
En la comunidad Altos 2do. de Sabana
Perdida, por ejemplo, Fernández nunca supo que la señora Ramona Capellán,
presidenta de la junta de vecinos, es la personalidad de mayor influencia que
hay en esa localidad. Tampoco sabe que esa líder comunitaria lo ha respaldado
en todos los procesos electorales que ha participado como candidato. Sin
embargo, nunca recibió de la Alcaldía obras o ayudas que beneficien a esa
comunidad.
Contrario a lo que ocurría con los
líderes comunitarios que formaron parte del equipo de campaña que llevaron a
Fernández a la Alcaldía, los presidentes de juntas de vecinos que militaban en
el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), eran recibidos con benevolencia,
afabilidad, distinción y favorecidos ampliamente con la construcción de obras
importantes en sus demarcaciones, lo que fortalecía a sus rivales mientras
debilitaba a sus aliados.
A estos errores se unieron otros que
afectaron considerablemente las aspiraciones a la reelección que más adelante
el alcalde Francisco Fernández anunció a los habitantes de ese emblemático
municipio. En ese ambiente, el líder perredeísta fue sumando rechazo y sus
decisiones continuaban favoreciendo a sus adversarios, mientras excluía a los
dirigentes que siempre fueron leales a su proyecto.
Durante la campaña electoral de
2016, Fernández erróneamente se propuso captar a dirigentes peledeístas que de
manera engañosa dejaban ver que estaban descontentos con el candidato del PLD,
René Polanco, en razón de que corrió la noticia que el candidato del PRD estaba
dando dinero a los dirigentes de otros partidos que pasaran a respaldar sus
aspiraciones.
De esa manera, se estima en cientos
de miles de pesos los repartidos a dirigentes que se ubicaban en las corrientes
peledeístas que encabezaban Carlos Guzmán y José García, quienes evidentemente
terminaron respaldando la candidatura de su partido.
Lo peor de todo es que, mientras se
ponía dinero en manos de los adversarios políticos, los dirigentes perredeístas
y partidos aliados que trabajaron a favor de Fernández carecían de logísticas
financieras para desarrollar los programas estratégicos que se habían diseñados
en la campaña electoral. La verdad es que el día de las votaciones para escoger
al nuevo Alcalde, los dirigentes del PRD no tenían suficiente dinero para
movilizar a los electores que simpatizaban con la candidatura del partido
blanco.
Las votaciones concluyeron con una
victoria aplastante del PLD sobre el PRD, como consecuencia de los reiterados
errores que cometió el líder perredeísta, pese a que desarrolló una gestión en
favor de las personas más humildes y desposeídas de SDN, mediante la
construcción de viviendas, clubes, canchas deportivas, aceras y contenes, capillas
y parques, así como importantes programas de asistencia social para
minusválidos y envejecientes.
Ahora, siete años después, Francisco
Fernández ha decidido aspirar nuevamente a la Alcaldía del municipio y,
contrario al viejo refrán que dice: “uno aprende de los errores”, el exjefe del
Palacio Municipal continúa incurriendo en las faltas mencionadas anteriormente
que determinaron su derrota en los comicios del 20 de mayo de 2016.
Fernández sigue pensando que andar
con un grupo de personas “tumba polvo” a cada lugar que visita le genera
capital político; todavía continúa descuidando a los líderes comunitarios y
dirigentes políticos que les apoyan incondicionalmente, mientras prioriza su
atención en quienes lo utilizan para obtener prebendas económicas personarles.
Esta es una práctica típica de los políticos dominicanos, por lo que les cuesta
mantenerse en el poder sin importar cuán amplio haya sido el respaldo que el
pueblo les dio en su momento.
Cierto, en política se gana sumando,
pero el líder jamás debe descuidar a quienes les profesan confianza y lealtad y
si, por el contrario, concentra su atención en quienes ven la política como
herramienta de conseguir y ganar dinero, corre el riesgo de perder el respaldo
de quienes les siguen de manera sincera e incondicional.
Por último, reconocemos las
condiciones humanas de Francisco Fernández, pues es un hombre que al tratar con
él deja evidencia de su implacable inteligencia, preparación y amabilidad, serio,
pero también alegre y cálido; es uno de los pocos dirigentes políticos que
siente sensibilidad por los sectores humildes de la sociedad, pero sus
colaboradores se han encargado de empañar y ensombrecer las luces que pudieran
hallarse en su carrera política.
Tomando en cuenta lo señalado en los
párrafos anteriores, Francisco Fernández debe dar mayor seguimiento a sus
seguidores, identificar y darle apoyo a los verdaderos dirigentes políticos y
comunitarios que tienen influencia en sus demarcaciones, así como despojarse
del grupo de “tumba polvo” que andan detrás de él en cada lugar que visita, ya
que lejos de sumar son personas que estorban y perjudican sus aspiraciones. De
no ser así, es evidente que el hoy aspirante por el Partido Revolucionario
Moderno (PRM), se aproxima a otra derrota electoral.
Por: Juan Ulises De La Cruz
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